Ancestros y Evolución de los núcleos

La historia de todos los núcleos que conforman está entidad municipal esta vinculada ya desde la Edad Media a la Comunidad de Tierra y Villa de Buitrago; dominada desde el s.XIV por la Casa de la Familia de Los Mendoza, Duques del Infantado.

Esta Comunidad de pastos vinculada al pastoreo se estructuraba en Sexmos o Cuartos que dependían de Guadalajara; estaban el de Horcajo, el del Rincón, el de Braojos, el de Garganta; al que pertenecía Manjirón, el de Las Adegañas; al que pertenecía Cinco Villas y el de La Jara; al que pertenecían Paredes de Buitrago y Serrada de la Fuente.

Dicho estatus se mantendrá hasta la abolición del régimen señorial en 1833, tras lo cual se crea una nueva división territorial con nuevas entidades jurisdiccionales como Manjirón que recibe como anejo Cinco Villas, Paredes de Buitrago y Serrada de la Fuente que deja de ser anejo de Berzosa, rompiéndose con ello los lazos históricos con Guadalajara, adscribiéndose ahora a Madrid.

La evolución demográfica de los diferentes núcleos que forman Puentes Viejas es más o menos parecida; los listados de población de Manjirón, Paredes… indican un notable descenso entre los s. XVI y XVII, recuperándose a mediados del Ashby, posteriormente en el s. XIX solo Manjirón experimentará un notable ascenso debido a la construcción de las presas de El Villar y Puentes Viejas, llegando hasta los 481 habitantes.

La población mayoritariamente se dedicaba al pastoreo, sobre todo de ganado lanar; ya que la agricultura era muy pobre, con una modesta producción de trigo y centeno de secano complementado con hortalizas y frutales.

Existían varias dehesas comunales tanto en Manjirón, Paredes o Serrada junto a las diferentes cañadas que bordeaban o atravesaban los distintos núcleos, que aun hoy se mantienen, que permitían el transito del ganado a los pastos y su comercialización

Además de esto también cabe destacar la tala y recogida de madera para la obtención de carbón vegetal.   

Esto se mantuvo así hasta el S. XX cuando se produjo el abandono del campo; tanto de la ganadería como de la agricultura, y se comenzó a marchar la gente a Madrid.

Actualmente la población de los núcleos se dedica a la construcción, al ganado vacuno, están empleados en el Canal de Isabel II o trabajan en el sector servicios.